Es “inaceptable” que América Latina y África no tengan un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, denunció este martes el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, ante la Asamblea General de la ONU.
“La exclusión de América Latina y África de puestos permanentes en el Consejo de Seguridad es un eco inaceptable de las prácticas de dominación del pasado colonial”, denunció Lula que recordó que “estamos llegando al final del primer cuarto del siglo XXI con las Naciones Unidas cada vez más vaciadas y paralizadas”.
Es hora, dijo, de “restituir a la organización las prerrogativas inherentes a su condición de foro universal”, y dotarla con los medios necesarios para “enfrentar los cambios vertiginosos del panorama internacional”, donde crece la “angustia, la frustración, las tensiones y el miedo”, dijo. Pidió una “amplia revisión de la Carta” de la ONU, el corazón del derecho internacional, así como la revitalización del papel de la Asamblea General y la reforma del Consejo de Seguridad para hacerlo más eficaz y representativo de la “realidad contemporánea”
Sin mayor participación de los países en desarrollo en la dirección de instituciones como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial “no habrá cambio efectivo”, dijo.
“No tengo ilusiones sobre la complejidad de una reforma como ésta, que enfrentará intereses cristalizados en que se mantenga el status quo”, dijo, tras sus antiguos fracasos para que se haga efectiva la reforma de unas instituciones nacidas hace casi 80 años, al término de la Segunda Guerra Mundial.
Lula también se refirió a los conflictos que asolan al planeta, como los de Ucrania, Gaza, Líbano, Yemen o Sudán. Sobre la invasión rusa de Ucrania, dijo que “está claro que ninguna de las partes conseguirá todos sus objetivos por la vía militar” por lo que es “crucial retomar el diálogo entre las partes” sobre la base de la “propuesta de seis puntos” de China y Brasil. También condenó el “castigo colectivo” del pueblo palestino en Gaza por Israel tras el acto “terrorista de fanáticos” contra “civiles israelíes inocentes” del 7 de octubre y que ha llevado a una de las “mayores crisis humanitarias de la historia reciente” que se “propaga peligrosamente” al Líbano.
Lula dio la bienvenida al inicio de su discurso a la delegación palestina, que por primera vez participa en la sesión de la Asamblea General como estado miembro observador, y al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, en medio de los aplausos. Asimismo arremetió contra la desigualdad de género y contra los acuerdos climáticos “no cumplidos”.
El presidente brasileño se comprometió a presentar este año una Contribución Nacionalmente Determinada (NDC) alineada con el objetivo climático del 1.5 ºC y a erradicar la destrucción de la Amazonía para 2030. Pero ONG como 350.org, denuncian que Brasil está expandiendo la producción petrolera, en particular en la Amazonía, que lo convertirá en el cuarto mayor productor de petróleo del mundo, una “posición insostenible para un país que busca el liderazgo climático”, dice.
“Hablar de la descarbonización de la economía y la transición energética justa es un puro ejercicio de retórica”, denunció al término de su discurso.
Brasil acogerá la COP 30 el próximo año. Lula denunció asimismo la “segunda década perdida” que vive América Latina desde 2014. El crecimiento medio de la región en este periodo fue del 0,9% catapultando las desigualdades, lo que tiene efectos “nefastos en el paisaje político”, recordó. Lula promueve este martes un foro con el presidente del gobierno español debate Pedro Sánchez para defender la democracia frente a los ataques de los extremismos y la desinformación.
Excélsior.