El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, encabezó el martes un encuentro de líderes religiosos en el Palacio de Miraflores, donde proclamó a Jesucristo como “señor y dueño” del país y presentó la sede del Ejecutivo como “un gran altar de oración y de fuerza”, en medio de una escalada retórica y militar con Estados Unidos en el Caribe. El acto, transmitido por el canal estatal VTV, reunió a pastores evangélicos, a la primera dama Cilia Flores y a Nicolás Maduro Guerra, vicepresidente de Asuntos Religiosos del PSUV.
“Sepan que este palacio presidencial, verdaderamente, es el palacio del pueblo y a partir de hoy es un altar para glorificar a Dios, para que el pueblo glorifique a Dios, un gran altar de oración y de fuerza”, dijo el mandatario en el “Encuentro Binacional de Oración por la Paz”.
Maduro leyó un manifiesto en el que ratificó a Jesucristo como “señor y dueño” de Venezuela y subrayó la libertad de culto consagrada en la Constitución de 1999. Insistió en que, como ciudadano y presidente, se “radicaliza” con Cristo, y llamó a las iglesias de Estados Unidos a unirse “en Cristo para que reine la paz, el entendimiento y la concordia”, según reseñas del evento
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