Con 1.2 millones de habitantes más que hace 30 años y el doble de tierras de cultivos sembradas, Chihuahua dispone de los niveles de agua para uso agrícola más bajos en la historia, y la misma vieja infraestructura, expuso el diputado local Arturo Zubía Fernández (PAN).
Ante ello, recordó que hace un par de sesiones el Congreso del Estado aprobó solicitar a las cámaras en San Lázaro su apoyo para que se emita la Declaratoria de Emergencia para la entidad, y con ello se acceda a los recursos económicos emergentes, pues miles de familias chihuahuenses están a punto de quedarse sin sustento.
“Me parece que todavía no dimensionamos el gravísimo problema al que estamos por entrar, nada más en la región centro-sur, desde San Francisco de Conchos hasta el secciónal de Lázaro Cárdenas, en Meoqui, debe haber entre 25 mil y 30 mil jornaleros trabajando, y no se va a sembrar en la mayoría de las tierras”, alertó.
“¿Qué va a hacer la gente para comer? Se necesitan implementar programas emergentes de empleo temporal con causa, que vaya encaminado a todo aquello que vaya relacionado con el uso sustentable del agua”, acotó el diputado.
Otro sector afectado es el ganadero, tanto de venta en pie, como el lechero que “está al borde de la aniquilación por los costos de los insumos tan caros y los bajos precios para la compra de la leche, por parte de Liconsa”, expuso.
Advirtió que el sector agrícola chihuahuense está en “jaque mate”, por lo que llamó al Gobierno Federal, así como a las y los congresistas federales de todas las fracciones parlamentarias a lograr que se reoriente el Plan Nacional Hídrico, y se pueda crear más infraestructura.
“Alguien pudiera decir ‘que se siembre menos’, pero no es posible porque el Inegi nos dice que México hace 30 años teníamos 30 millones de habitantes, y hoy somos 132 millones de habitantes, con un crecimiento anual de 1.5 millones de mexicanos, no es posible sembrar menos”, aseguró.
En cambio, sí es factible lograr mecanismos para el uso eficiente del agua, y emitir la Declaratoria de Emergencia, para la que hasta el momento “no ha habido respuesta, por eso el llamado a nuestros diputados federales al mismo Gobierno Federal”.
Refirió que hace 30 años, por primera vez en la historia de la agricultura en la entidad no hubo ciclo agrícola debido a la sequía intensa, que derivó en los niveles más bajos de concentración de agua potable en las presas, y hoy los niveles son iguales pero con el doble de tierra sembrada y el triple de población para alimentar.
“Tenemos las mismas presas para recabar agua, no tenemos presas nuevas, y se hacen urgente varias acciones, como la que ya mencioné y otra, (referente a que) hace aproximadamente un mes yo presenté un proyecto de Decreto en el Congreso del Estado donde estoy buscando elevar a rango constitucional, el cuidado del agua en la agricultura”, observó.
De aprobarse se obtendrían recursos adicionales permanentes, para la tecnificación de las tierras de cultivo, el encementado de canales, y la utilización de las aguas residuales al 100%, así como el establecimiento de sanciones para quien no la utilice de manera adecuada, mediante un plan de máximo 6 años.
“La agricultura absorbe el 80% del agua que se encuentra en las presas, el otro 20% se va al uso público urbano y la industria. Hace años, decían los viejos, ‘la presa La Boquilla derrama cada 10 años’, pues eso ya quedó en la historia, hace 10 años se llenó, y ahora 2 años después (de cumplirse el lapso) no tenemos ciclo agrícola”, explicó.
Actualmente La Boquilla está al 15.3% de su capacidad, mientras que La Francisco I. Madero (Las Vírgenes) almacena solo 11%, y tienen una pérdida diaria y constante de 1 centímetro cúbico, lo cual si no llueve, llegará a empatar el mismo que se registró hace tres décadas, de 11% y 10%, respectivamente, advirtió.
Por Heidi Rodríguez Reynoso.