Durante el actual sexenio, las extradiciones de jefes criminales a Estados Unidos han disminuido con respecto a las administraciones de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón Hinojosa, además de que muchos de los extraditados por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no son líderes prioritarios para el gobierno norteamericano.
Un reporte reciente del Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos (CRS), que da cuenta de la relación actual de ese país con México, indica que las extradiciones de jefes criminales llegaron a su máximo histórico en el sexenio de Felipe Calderón, con un promedio de 98 personas por año. Entonces “el Departamento de Estado utilizó las extradiciones como indicador del éxito de la Iniciativa Mérida”, dice el informe.
Cuando Peña Nieto asumió la Presidencia de la República, las extradiciones cayeron dramáticamente a 54 en su primer año, para luego aumentar a 79 durante 2016.
En enero de 2017, la decisión de México de extraditar a Joaquín El Chapo Guzmán, líder del Cartel de Sinaloa y uno de los principales objetivos globales de la Agencia Antidrogas (DEA), fue un “punto culminante en la cooperación bilateral” después de años de trabajo conjunto.
Con la llegada de López Obrador, el total de extradiciones desde México cayó a 58 en 2019 y “muchos de los extraditados no eran jefes de alta prioridad para el gobierno de Estados Unidos”.
Entre los pocos líderes de importancia extraditados durante la administración lopezobradorista se encuentra Rubén Oseguera, segundo al mando del Cártel Jalisco Nueva Generación.
También destaca el arresto del jefe del Cártel de Santa Rosa de Lima, José Antonio Yépez El Marro; de su sucesor, Adán N alias El Azul; así como una cabeza del Cártel de la Línea, aunque “no está claro si México continuará extraditando a esos sospechosos a Estados Unidos”.