Mientras el gobierno morenista recorta recursos en áreas clave para el desarrollo nacional, incluyendo la seguridad, la salud, carreteras, educación entre otros; sus dirigentes y allegados viven rodeados de lujos y privilegios.
Casos como la “Casa Gris” de José Ramón López Beltrán, los nombramientos sin mérito en cargos de alto nivel de Luisa María Alcalde y Andrés López Beltrán, y el nepotismo del exgobernador Cuitláhuac García, evidencian una red de favores y corrupción que contradice los principios que Morena presume.
A esto se suman los cuestionamientos contra Rocío Nahle por enriquecimiento inexplicable, el uso indebido de recursos por parte de Delfina Gómez, y el despilfarro en campañas electorales, así como la promoción misma y exacerbada corrupción de la senadora Andrea Chávez, en donde se observa un gasto excesivo en propaganda y logística.
Asimismo, el hijo del expresidente, quien ocupa la Secretaría de Organización sin trayectoria política significativa, desplazando el trabajo de militantes comprometidos.
En el PRI, no dejaremos de señalar lo que a la postre representan acciones que carecen de transparencia, y rendición de cuentas en el uso del dinero público.
Por ello, “exigimos coherencia y responsabilidad a quienes gobiernan, y convocamos a la ciudadanía a no dejarse engañar por un discurso que no se refleja en la realidad, pues tienen al país sumido en el ocaso, sin estrategia y política pública seria.