– Cuestionan proporcionalidad de lo hecho por el presidente del Senado y recuerdan que la disculpa a la que lo obligó el Tribunal Electoral solo la hizo con un post
– GPPRI solicitó hace meses una moción para destituirlo del cargo pues “denigra la política”
La disculpa pública a la que obligó el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, a un ciudadano que lo agredió verbalmente en un lugar público, en la Cámara Alta, generó un debate en el Congreso del Estado de Chihuahua, que proponía exhortar al de la Unión para sentar un precedente y no volviera a ocurrir.
Mientras que integrantes de la bancada de Morena defendió lo ocurrido al considerarlo “un acuerdo civilizado entre partes”, integrantes del PAN y de MC advirtieron que se trataba de un abuso de poder para humillar públicamente a un hombre.
La discusión que llevó más de 2 horas, también incluyó los señalamientos de la bancada morenista, respecto a que la derecha usaba ese tema porque tenía miedo de perder las elecciones en el proceso de 2027.
Jorge Soto (PAN) expuso el tema durante el periodo de Asuntos Generales, en la sesión ordinaria de este jueves, en el Poder Legislativo, quien criticó la “actitud soberbia” de Fernández Noroña, y compartió el video trasmitido en el canal oficial del Congreso de la Unión.
“¿Es proporcional que un ciudadano lo increpe en una sala VIP, el virus autoritario ya los contagio…¿Proporcional? Un ciudadano cualquiera le recrimina a un político, a un senador, en la Sala VIP de Aeroméxico, ¿y es proporcional que un senador lo ponga enseguida de él, en el Senado de la República para hacerlo que se disculpe? ¿Esos son los procedimientos proporcionales y legales?”, cuestionó.
Reclamó que Morena considerar “normal”, lo ocurrido, porque lo justificaban con la encarcelación de Genaro García Luna, o “porque vino Hernán Cortés…Si a ustedes les parece normal que un senador humille a un ciudadano en el senado de la República, así díganlo…sigan defendiendo a sus aspirantes a tiranos”.

Carlos Olson San Vicente alertó que había un simbolismo oculto, en lo ocurrido, pues cuestionaba si era justicia o un acto de venganza, ya que se podría percibir como “un acto de humillación pública, más que como una reconciliación técnica”.
Con ello generaría socavar el espíritu de justicia restaurativa, así como sentar un precedente negativo de ciudadanía que prefiere autocensura ese, por miedo a represalias, sobre todo entre quienes no tienen tantos recursos, agregó.

Leticia Ortega (Morena) tomó la palabra para asegurar que el discurso de Soto era “bizarro” y “lleno de bilis”, pues Fernández Noroña era un pilar de la 4T, y era “admirable” cómo había defendido al movimiento, que tenía todo su respeto, y era congruente.
“Yo no sé qué vienen a decir aquí, vean todas las groserías que le han dicho al expresidente López Obrador, y él paciente, resolviendo cada cosa. La libertad de expresión se termina cuando tú llegas e insultas a la gente, porque no me caes bien, porque parecer un zarrapastroso o pobretón, y acostúmbrense porque tenemos paciencia pero también sabemos contestar y defendernos, y no vamos a estar poniendo siempre la mejilla para que nos increpen y nos vean hacia abajo”, afirmó.

Francisco Sánchez (MC) indicó que el senador Fernández Noroña hacía mucho que dejó de ser “pueblo”, al igual que muchos integrantes de las siglas que gobiernan el país, y actualmente solo representaba a “una casta política que se ha enquistado”, y que ha expresado públicamente su “afinidad e idolatría” a dictadores como Hugo Chávez, Fidel Castro, Daniel Ortega, y el Ché Guevara.
“Muy diferente es que se disfrazan, pero no lo son. Lo que presenciamos hace unos días es una imagen grotesca para la democracia, no se trata solo de una disculpa, se trata de una disculpa dada en el Senado, trasmitida por los medios oficiales, derivada de un conflicto un ciudadano torturado públicamente”, aseguró.
Describió que la tortura significa “la presión psicológica para obtener una determinada expresión”, y que eso era lo que había ocurrido con Noroña: “les aseguro y garantizo que un ciudadano disculpándose ante el Leviatán, no puede llegar a ese escenario más que a través de métodos de presión y tienen todos porque tienen todo el poder”.

Dijo que el presidente del Senado, utilizó las instituciones, pero era más preocupante que “hay quienes lo defienden”, y con ello defendían que “el Poder torture a un ciudadano”, al tiempo que “pinta de cuerpo entero a un régimen, que ha pintado en esta faceta su peor rostro”.
Ante ello, el Congreso podría mandar un mensaje de reprobar la actuación del presidente del Senado, y con ello marcar un precedente, para que ese tipo de actos no pasen inadvertidos.
En contraparte recordó que a Noroña el Tribunal Electoral lo obligó a disculparse con una diputada, y no lo hizo en el Senado, ni lo trasmitió públicamente, sino en un mero post en redes sociales.

Cuauhtémoc Estrada (Morena) también defendió al expetista, ahora morenista senador al asegurar que lo único que hizo fue utilizar los mecanismos legales disponibles, para llegar a un acuerdo en el que el ciudadano libremente decidió disculparse.

Elizabeth Guzmán y Jael Argüelles defendieron lo ocurrido, así como a la izquierda que representaban, aunque esta última advirtió que no defenderían a un hombre, luego de lo que les ha costado a ellas, llegar a esos cargos, y que había otras figuras que abusaban del poder, en el Gobierno del Estado (PAN).

Magdalena Rentería aseguró que los partidos de derecha solo los insultan y los amenazan de muerte, y que Morena le pagaría el boleto de avión a Fernández Noroña para que viniera a debatir en el Congreso local, con Jorge Soto.
José Luis Villalobos García (PRI) cerró el debate al señalar que Fernández Noroña sí le falta el respeto a la libertad de expresión: ”se atrevió a apagarle el micrófono a sus compañeros de bancada”.

Observó que “este personaje es lamentable, incongruente. Toda la vida habló de una narrativa que refería la austeridad, y viaja en primera clase, anda en camionetón, y vive en la opulencia, que muestra los complejos que siempre tuvo desde sus inicios. Tiene un problema cuando no es él quién está expresando sus ideas”.
Recordó que desde el pasado 19 de marzo, el GPPRI presentó una moción para destituirlo como presidente del Senado, ya que denigraba a la política como representante de la Cámara Alta: “se convirtió en un porrista, verdulero, matraquero”.
Como “muestra de ello”, recordó el conflicto que tuvo con estudiantes, y que se atrevió a decir que había la posibilidad que fuera un montaje: “no es la primera vez que le pasa y no va a ser la última, porque en la vida como en la política, la siembra es opcional, pero la cosecha es inevitable”.
Finalmente, el exhorto fue aprobado por mayoría de 16 votos a favor, 12 en contra de la fracción de Morena, y una abstención.