Condenada por malversación de fondos públicos y prohibida de postularse para cargos públicos, la política de extrema derecha Marine Le Pen se mantuvo firme ante un mar de banderas francesas en París este domingo. “Durante 30 años he luchado contra la injusticia”, afirmó a la multitud. “Y seguiré luchando”.
Miles de seguidores se reunieron en la Place Vauban, cerca de la cúpula dorada de Les Invalides y la tumba de Napoleón, para lo que se anunció como una protesta, pero los observadores dijeron que tenía todas las características de un mitin de campaña.
La Agrupación Nacional, el partido de Le Pen, organizó el evento en respuesta a lo que llama un veredicto políticamente motivado. Pero con cánticos de ”¡Marine Presidenta!” y “No nos robarán 2027”, el mensaje era claro: esto era más que una protesta. Era una muestra de desafío populista dirigida directamente a las instituciones de Francia.
En el corazón de esa acusación estaba Jordan Bardella, el protegido de 29 años de Le Pen y presidente de Agrupación Nacional. Su discurso fue incendiario, acusando a los jueces de Francia de intentar silenciar a la oposición.
“El 29 de marzo fue un día oscuro para Francia”, declaró, refiriéndose a la fecha de la condena de Le Pen. “El pueblo debe ser libre de elegir a sus líderes, sin interferencias de jueces políticos”.
Aunque afirmó que el partido respetaría la democracia, Bardella denunció a los sindicatos de magistrados y advirtió sobre “un sistema decidido a aplastar la disidencia”. Los seguidores llevaban carteles que decían “Justicia obedeciendo órdenes” y “Detengan la dictadura judicial”. Otros vestían camisetas con “Je suis Marine” (“Yo soy Marine”) o comparaban a Le Pen con el presidente estadounidense Donald Trump, quien fue condenado por fraude civil: “Trump puede postularse, ¿por qué no Marine?”.