Estados Unidos rompió con su postura tradicional al votar en contra de una resolución de la Asamblea General de la ONU, que condenaba la invasión rusa de Ucrania, alineándose con Rusia y China.
En contraste, el Consejo de Seguridad aprobó una resolución promovida por Washington que insta a “un fin rápido del conflicto” y a una “paz duradera”, sin calificar a Rusia como agresor.
La encargada de negocios interina de la Misión de EU ante la ONU, Dorothy Shea, defendió esta postura al afirmar que el gobierno de Donald Trump está comprometido con terminar la guerra.
Sin embargo, la resolución presentada por EU fue modificada con enmiendas que reafirmaban la soberanía de Ucrania y endurecían el lenguaje contra Rusia, lo que llevó a Washington a abstenerse en su propia propuesta.